23 noviembre, 2010

que yo no soy, que es él. que yo actué bien, y él no. ah, no de acá yo no me muevo. que por cuestión de piel, de sexo, religión tus zapatos ni me los pruebo. ¿a quién le vamos a tirar una pared cuando ya no nos quede nadie? tal vez un perro fiel a cambio de comer soporte hasta lo insoportable. temiendo ser peor, temiendo ser mejor, temiendo al fin, siempre temiendo. viviendo en el ayer, aletargando el hoy, sí victor sí, sobreviviendo. juzgando al por mayor, te alejas más y más del juicio que más importa, que es el juicio interior, que es el que hay que afrontar siendo parte de esta torta. le atribuís el groove de un rift 100% a la paz de la nicotina, hipocondría maternal y paternal, hereditaria vitamina. los placeres te acortan la correa y vos que te pensás un indomable, ¿qué gracia tiene andar por esta sociedad jactándose de responsable? si como un pulpo vas tirando piedras, no hay donde esconder tantas manos. es mejor asumir, la cobardía de huir a la responsabilidad de vivir. no importa cuánto me puedas alejar de la realidad, yo siempre vuelvo. psicología infernal, picante, dulce y sal; pero despierto y ya no cuelgo. pasado el tiempo al fin el espejo devuelve una imagen más familiar. voy eligiendo a gusto y alternando, puede haber picante, dulce y sal. me bato a duelo con quien diga que voy bien porque hay rachas en esta vida, soy grande y qué señor, no vaya a confundir la soberbia con autoestima. que la soberbia mira desde más arriba y no llora penas ajenas, en cambio el autoestima se transmite y contagia a cualquier persona buena. juzgando al por mayor, me alejo más y más del juicio que más me importa, que es el juicio interior, el que hay que afrontar siendo parte de esta torta. si como un pulpo voy tirando piedras, no hay donde esconder tantos manos. es mejor asumir la cobardía de huir a la responsabilidad de vivir.

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